Hace ya tiempo que ir a comunicar en la cárcel de Mas d’Enric (Tarragona) es una penosa aventura siempre a merced de las decisiones arbitrarias y los cambios de opinión de lxs que atienden al teléfono o en ventanilla. Además, la condiciones con las que tienen a familiares y amigxs que esperan para entrar a comunicar son deplorables.
Para empezar, y como ya se ha denunciado en anteriores ocasiones por parte de distintos grupos, en las cárceles de Catalunya (por lo menos en las que tenemos contacto) no se puede coger previamente hora para ir a comunicar. Eso trae problemas varios, como peleas y discusiones en caso de coincidir varias personas que van a comunicar con el mismo o la misma preso/a. Si no se tiene contacto con todxs lxs que estan dados de alta y hay una buena relación, puede pasar que varixs coincidan en el mismo día, y todxs no van a poder entrar… Además, al no poder coger cita, te deja a voluntad de lxs carcelerxs cuando llegas allí, ya que no tienes ningún «justificante», ningún papel. No entendemos cual es la supuesta finalidad y ventaja de éste método.
Pues bien, dos personas nos han contado que el pasado sábado 27 de septiembre fueron a Mas d’Enric a comunicar con un amigo, a la hora que les dijeron cuando llamaron por teléfono días antes. Al llegar allí y preguntar, resulta que no había ninguna comunicación para ese módulo en ese día, que a esa hora solo eran los vis a vis. Se explicó que si habían ido ese día a esa hora es precisamente porque así se lo dijeron por teléfono, y que ya se especificó que era comunicación por locutorio. Ante esto, no les dieron ninguna clase de solucion, a pesar de comentar que iban desde muy lejos, y pedir que lo sacaran a comunicar en otra hora haciendolo coincidir con otro módulo, aunque ellxs tuvieran que esperar medio día allí. Les dijeron que eso no era posible, aunque sí le hicieron «ese favor» a otra mujer que ese mismo día iba a comunicar y había llegado dos horas tarde a su turno. Lo unico que se les dijo es que volvieran al día siguiente, y que quien les atendió por teléfono y les dijo esta información se habría equivocado. Ante esto y sin recibir ninguna clase de solución, pidieron hablar con un jefe de servicio o con algun/a responsable. Lxs carcelerxs de la ventanilla llamaron -o hicieron ver que llamaban- a un supuesto responsable, pero allí no vino nadie. También se pidió una hoja de reclamaciones, o algun formulario para poner una queja, pero la respuesta fue que no había, que no exisitian. Que si querían, que fueran al Juzgado de Guardia y pusieran una denuncia. O bien que el lunes llamaran por teléfono y trataran de hablar con la secretaria del director, y si esta «lo ve oportuno» les dará cita con el director para que realizen su queja. Se acercó otro hombre que esperaba para comunciar y se interesó por lo que estaba pasando. Preguntó a ventanilla si los horarios de comunicación de cada módulo estaban colgados en internet para poder ser consultados «¿!Pero como va a estar eso colgado en internet?!» fue la respuesta. «Si quieren ver los horarios hay un cuadrante colgado en la puerta principal, pueden hacer una foto». Aunque seguido, ella misma afirmó que los horarios cambiaban a menudo, sobretodo por el tema del COVID.
Por otra parte, nos parecen aberrantes las condiciones en las que tienen a las visitas. A pesar de que esta cárcel es nueva y grande, con espacio mas que suficiente para mantener la distancia de seguridad, no dejan entrar a nadie a la sala de espera, solo cuando estás ya a punto de entrar a comunicar con quien vienes a ver. Eso se traduce en decenas de personas en la calle (calle por decirlo de alguna manera, ya que la prisión está a las afueras de la ciudad). La gente se tiene que esperar fuera del edificio, haga un calor de la ostia, frío o un viento huracanado. No hay bancos para sentarse, por lo que hay que estar de pie o tiradx por el suelo. Tampoco han puesto baños, y no dejan entrar a la gente ni a cagar en los baños que hay en la sala de espera. Es un panorama insultante, ver a niñxs y personas mayores sin poder siquiera sentarse, aguantándose sus necesidades. Solo te dejan pasar cuando ya estás a punto de reventar, y si pillas a algunx de medio buen humor. Cuando entras, de unx en unx, tienes que desinfectarte los pies, las manos, ponerte guantes y que te miren la temperatura. A la mayoría de gente les sale que tiene fiebre del rato que llevan esperando en el sol. Recordamos que en esta cárcel te obligan a llegar una hora antes de la hora de comunicar, y que mucha gente va en autobús (que ofrece pocas combinaciones) por lo que hay personas que llegan allí 3 horas antes. Cuando sale que alguien tiene fiebre, lxs carcelerxs encima le meten bronca por haberse puesto en el sol, y lo vuelven a hacer salir fuera hasta que se le baja la temperatura. Todo esto, sumado a su ineptitud, hace que a media mañana las comunicaciones ya tengan retrasos de casi una hora. Cosa que conlleva que estén aun mas de mala ostia, culpabilizando a las visitas de estos retrasos y de la mala organizacion del propio centro. Por poner otro ejemplo, la gente que entra para los vis a vis familiares (recordamos que en Catalunya siguen prohibidos los vis a vis íntimos) tiene que firmar un papel sobre responsabilidad por el tema del COVID. Pues bien, esto hace que aun se retrase mas todo, porqué no ofrecen bolígrafos para rellenar el formulario y la gente lo tiene que hacer con su propio boli (si trae) o esperar a llegar a ventanilla para rellenarlo. Las personas con las que hemos hablado y que nos han contado lo que pasó este fin de semana, explican que cuando entraron por segunda vez a pedir explicaciones, se les dijo que «no hicieran perder mas el tiempo» «que ya se les habia dicho todo lo que se les tenía que decir» y «que ya se iba con bastante retraso y que eso hacía retrasar aun mas las comunicaciones de la otra gente».
Comentar también que a pesar de su moderna estructura arquitectónica, el ascensor para bajar del párquing a la puerta de entrada ni siquiera funcionaba. Eso lo vieron por un chico que llamaba al timbre (ya que no se puede entrar dentro a preguntar en la ventanilla) porqué su madre no podía bajar las escaleras.
Ir a la cárcel a comunicar, ya de por si, es desesperante y duro, con personas que vienen de muy lejos, a menudo con escasos recursos económicos. Si además le añades toda esta situación insultante y de negligencias varias, puede pasar que la gente se desespere y pierda los nervios. Eso mismo le pasó a Iñaki, que acabó rompiendo una botella contra el cristal de la prisión (que no sufrió daño alguno) después de llevar horas esperando para que saliera algun responsable y haberle negado poder rellenar una hoja de reclamaciones. Ni con eso, salió ningun responsable, y la respuesta fue llamar a los mossos d’esquadra.
Con todo esto, denunciamos una vez mas publicamente lo que pasa en esa cárcel y lo que sufren las visitas. Animamos a poner quejas y pedir explicaciones, ya sea presencialmente o por telefono, por todo lo que ocurre y que afecta a todxs lxs que van allí a ver a familiares y amigxs que tienen la desgracia de estar presxs.