Hemos recibido nuevas noticias de Carmen Badía Lachos, que sigue residiendo en la infermería del centro penitenciario de Zuera desde hace ya más de un año sin que se hayan solucionado sus problemas de salud.
Hace unas semanas nos cuenta que le pusieron un parte disciplinario al parecer con el único argumento de que “simuló un infarto” ya que estando ella en la actividad religiosa de los fines de semana a la que suele acudir, se quejó de que se encontraba mal. Al parecer se sentía mareada (cosa que ya le ha sucedido en otras ocasiones por bajadas de tensión) y decidió comunicarlo a un funcionario para que la visitara un médico. El funcionario se molestó por su demanda aunque finalmente la llevaron a infermería a pesar de que no había ningún médico en la cárcel en ese momento. Carmen se quedó en su celda y tuvo que esperar para ser atendida y finalmente le llegó un parte por lo sucedido acusándola de mentir sobre su malestar.
A todo esto, hace 2 meses Carmen fue atendida en un hosiptal público y el médico del mismo le avisó que debía volver a ser operada. Hacía más de 1 año y medio que Carmen no salía al hospital a pesar de haber pasado ya por varios cánceres y operaciones y de tener varios tumores en el cuerpo.
A día de hoy sigue sin estar operada, acusada de mentir sobre su pésimo estado de salud y sin la atención médica correcta. Residiendo en la infermería de la prisión a pesar de haber pedido ya la excarcelación por enfermedad grave incurable:
Se acogía a su derecho a la aplicación del art. 92 CP por Enfermedad grave con padecimientos incurables. Que dice muy claramente que: “No se puede interpretar enfermo grave e incurable con estado preagónico. El artículo 196.2 RP está pensado esencialmente para los enfermos terminales. Sin embargo, el concepto de enfermo terminal no debe ser interpretado tan restrictivamente que pueda llegar a confundirse con enfermo agónico o cercano a la muerte. Ni la letra, ni el espíritu, ni la finalidad, ni la sistemática de los artículos 196.2 RP y 92 CP autorizan esa interpretación. Este requisito no se puede equiparar a que esté a punto de morir en situación agonizante (Autos JVP de Bilbao de 24.01.1997 y 26.05.1997). Se puede equiparar, como señala el Auto de AP 5ª de Madrid de 16.12.1997, a «vivir en libertad esa última etapa de la vida que puede incluso tener larga duración; un vivir que es también convivir –el hombre como ser social desde los filósofos griegos–, en definitiva sentir la vida como convivencia y dependencia absoluta de otros. Pero, además, la concesión de este beneficio enlaza directamente con bienes y derechos constitucionalmente consagrados, lo que permite no dilatarlos hasta las fases terminales de la enfermedad, así, el derecho a la vida y a la integridad física (art. 15 CE).”
Y esto no es todo, por si fuera poco, este último mes le han hecho a Carmen los análisis pertenecientes (ya que cada mes tienen que controlar su nivel de colesterol; que en los últimos 20 meses ha sido altísimo, a más de 400 cuando el máximo sería 200) y el resultado ha sido radical. Parece que ha pasado de tener un grave exceso de colesterol a tener “demasiado poco”, al parecer por culpa de las negligencias médicas con la medicación, obra de los médicos de la prisión…
Denunciamos una y otra vez su situación así como la de todas las personas presas enfermas que se encuentran en un estado parecido.
Reclamamos posicionamiento y denunciamos la impunidad de los médicos de prisiones, a los jueces de vigilancia penitenciaria, a los funcionarios y a la Institución Penitenciaria; que encubren las muertes y las injustícias que hay dentro de las cárceles españolas.
¡Por el derecho a una vida digna! ¡Libertad presas enfermas!
Ahora Carmen ya está harta. ¡Con razón! Pide desde hace unos meses su traslado otra vez a Cataluña. Almenos para estar más cerca de su família y amigos. Y parece que el centro no se la concede por falta de motivos. ¡Cómo si fuera poco el hecho de tenerla en infermería desde que llegó y totalmente desatendida!
¡Ni ella ni la gente solidaria vamos a parar hasta conseguir su traslado y su libertad!
Para escribirle a la compañera:
Carmen Badía Lachos
Centro Penitenciario de Zuera
Autovía A-23, km 328
50800 Zuera (Zaragoza)