Después del motín…

Después de la protesta que hubo la noche del 24 al 25 de setiembre en el la cárcel de Lleida, distintas personas nos relatan com estan ahora las cosas. Ha habido represalias después de ese dia, y también han empeorado situaciones ya existentes. Aquí van los crudos relatos de 3 compañeros:

Jaime Roque Martí

Nos cuenta distintos hechos ocurridos en el CP Ponent, muchos de ellos como represalias a raíz del motín que hubo la madrugada del 24 a 25 de setiembre. Para empezar, comenta que no solo fueron los presos de aislamiento y del M1 los que empezaron a picar a las puertas y hacer ruido, sino que fue mucho más general. Aunque después se haya dicho que solo fueron los internos «violentos, y los que están en aislamiento», para poder criminalizar más la protesta.

Tanto su celda como la de otros compañeros están sin pintar, sucias y con cucarachas. Comenta que como están en el DERT, sus salidas al patio son muy limitadas, y esas pocas horas de «luz» se las ponen a las 07’30 de la mañana, de modo que el único momento que salen al patio es acabados de levantar y con mucho frío. Comenta que a seis personas de 1r grado les han puesto intento de motín y les han aplicado medidas cautelares.

Hace referencia también a la persona que murió en enfermería ese mismo día, y que los medios se esforzaron en no relacionar con el motín ni con el apagón de luz. Argumentando que había muerto de «causas naturales». Comenta que se trataba de un chico al que llamaban «Chicho», y que obviamente no se cree eso de las supuestas causas naturales del fallecimiento.

Jaime aprovecha para hablarnos sobre la muerte de un preso a manos de otro, el pasado 1 de agosto. En todos los medios se comentó la noticia, simplificándolo todo a que el agresor era una persona muy violenta y que ninguna responsabilidad tenía el CP Ponent en este asesinato. El compañero dice que si bien el hecho de la muerte es real, lo cierto es que a esta persona lo movieron a esa celda y que este avisó a los carceleros de que en esa celda no quería meterse “porqué veía demonios”, y que si le obligaban a entrar allí, podía hacer daño a su compañero. Como es habitual no se li hizo caso, y aquella noche mató a su compañero de celda. Además, Jaime comenta que si hubiera habido interfono se hubiera podido salvar. Esta es una muestra de cómo la cárcel tiene una responsabilidad que ha aludido sobre este grave caso (y muchos más).

Explica que «En la celda 37 hay una cama sola, que es donde esposan y pegan a la gente.» Y sigue diciendo que a menudo les abren y cierran las puertas pegando portazos, y cuando entran al comedor tienen que formar «igual que en la mili o en régimen de Franco».

Juan Ruiz López

Estando ya en el DERT, y sin motivo aparente, lo han puesto en la fase de sancionados. Lo han cambiado de celda y lo tienen sin cosas para limpiar el suelo y sin casi ropa. Le han aplicado medidas cautelares. Cuando llama por teléfono hay 4 funcionarios escuchando la conversación.

En relación al día concreto del motín, Juan también afirma que fueron muchas más presos los que hicieron ruido «Des del M1 al M11 estuvieron picando a la puerta y pidiendo información y explicaciones sobre las circunstancias de que se apagara la luz durante tantas horas ».

Sobre el chico que apareció muerto en enfermería el compañero reflexiona: «Lo que yo no entiendo es que si estaba tan mal para llegar a morirse, por qué no estaba en el hospital y con atención médica permanente». «Yo lo que sé es que no respiraba bien. Y en vez de sacarlo al hospital simplemente lo pusieron en enfermería».

Comenta como el día de la protesta unos carceleros amenazaron a un preso al que «ya tenían ganas», diciéndole que como no parara de hacer ruido «le iban a dar bien». Juan sigue: «desde mi celda veía la suya. Vi al menos a 5 funcionarios, o mejor dicho, maltratadores, y sobre la 1 de la madrugada escuché como le abrían la puerta y le dijeron que se pusiera las bambas. Se las puso o hizo el intento y le metieron porrazos y patadas, y eso que ni se negó a salir ni puso resistencia alguna. Le metieron una brutal paliza y tuvieron que llevarlo a enfermería.” También nos comenta que aparte de este chico, pegaron a más presos, entre ellos a uno que acabó con el ojo derecho todo hinchado y azul.

Dice que a raíz del motín lo han trasladado a otra celda y que aún está más aislado, que no tiene ni palo ni líquido para fregar. Que hay cucarachas y escarabajos en la celda y que solo sale al patio a las 07’30 de la mañana.

Recordamos que el compañero «vive» permanentemente en el DERT (aislamiento), aun teniendo diversas problemáticas a nivel de salud. Como ya habíamos contado en otra ocasión, Juan no ve bien de un ojo, tiene problemas de lumbago y artrosis, además de ansiedad, problemas de toxicomanía y paranoia, entre otras.

Afirma que tanto él como otras personas participaron de la huelga de hambre e hicieron escritos pero que no les han dado copia de ellos.

José Viola Romero

El compañero nos cuenta distintos hechos que ocurren en el CP Ponent de manera sistemática y aquí los explicamos:

-Cuando haces una instancia, no dan el número de registro.

-Les dan los destinos a los internos que ellos quieren y no a los más necesitados y si se lo reprochas te amenazan con llevarte al DERT.

-Los carceleros le acumulan partes sin motivo para enviarle a 1ºgrado. Hizo una denuncia por ello hace más de un año y el juzgado no le ha enviado ninguna citación, entre ellos se tapan la corrupción.

-Por reclamar un TDT de su propiedad, el jefe del módulo 5 se reía y le daba largas.

-Los funcionarios entran drogas, móviles y botellas de agua rellenas de alcohol a los internos que obedecen y pueden pagarlo.

-La mitad de los carceleros que están en CP Ponent provienen de CP Brians, asesinos que tienen denuncias por matar a palizas a internos, luego pincharles heroína y sobornar al médico forense para que firme como si el interno hubiera fallecido por sobredosis.

-Te rompen las cartas, las denuncias se pierden y no te contestan y si reclamas tus derechos, te torturan pegándote palizas.

-El juez de Lleida es el cuñado del jefe del CIRE y siempre le da la razón al centro penitenciario y nunca al interno.

-Hacen cacheos de la celda en ausencia del preso, cosa que está prohibido.

-Los internos que colaboran con ellos y obedecen tienen dos o tres destinos y tienen acceso a talleres y los que piden que se cumplan sus derechos, los tienen recogiendo colillas por el suelo y solo le dan un turno de talleres, les obligan a pagar Responsabilidad Civil y si se niegan no les dan permisos, envían instancias a la educadora, psicóloga, etc. y hacen caso omiso de todo ello.

Ahora incluimos otra carta del propio preso donde nos explica su terrible experiencia:

«Llevo dos días en el DERT sin motivo, a las 6 de la mañana me levantan para salir al patio, abajo me esperan varios carceleros y me empiezan a pegar empujones, y yo les respondo. Un carcelero me dice que qué le había dicho ayer, y le digo que “yo a usted no le dije nada”, me suelta un puñetazo y una patada que yo esquivo. Les recrimino que no tienen ningún derecho a ponerme la mano encima, que lo dice la Ley. De repente se me echan encima tres carceleros y me arrastran hacia un pasillo donde no hay cámaras de vigilancia, me defiendo como puedo, me tiran al suelo y empiezan a pegarme patadas y golpes. Quedo casi inconsciente, me atan con correas de contención desde las 7 de la mañana hasta las 19 de la tarde; 12 horas inmovilizado. Les digo que les voy a denunciar y me responden que les da igual, que ellos hacen lo que quieren con estas instancias y denuncias.

Los carceleros trafican con móviles, alcohol en botellas de agua y drogas duras que ellos mismos entran de la calle. En el CP Ponent no hay derechos humanos, aquí han matado a presos con palizas con porras mojadas y luego han pagado al médico forense para que le inyecte heroína y que firme que el interno falleció por sobredosis. Son unos asesinos maltratadores, lo que no pueden hacer en la calle se desahogan con nosotros».

Os animamos a escribir a los compañeros para mandarles apoyo!! Seguro que lo necesitan.